Amaneció un día claro, sin nubes, la temperatura en esta época ya no es muy calurosa. Partimos de Coll Formic, donde habíamos dejado el coche, desde allí cogimos el sendero que lleva hacia lo alto de la montaña.
Comienza con unas escaleras que nos lleva a una especie de plazoleta en la cual hay una cruz, que conmemora a los que combatieron en la guerra carlista.
Cruz conmemorativa guerra Carlista |
Seguidamente un sendero se enfila hacia lo alto, con bastante desnivel.Conforme íbamos subiendo empezábamos a notar ya un poco de calor, por el esfuerzo que estábamos haciendo y esto nos llevó a ir quitándonos capas de abrigo. Al tiempo que subíamos íbamos haciendo alguna foto, para recuerdo de la excursión.
Después de caminar por un sendero con mucha piedra, llegamos a un camino bastante llano, desde donde pudimos observar una cabaña de piedra, en un montículo a la izquierda, que seguramente será de los pastores para resguardarse del mal tiempo.
Continuamos caminando y nos encontramos con una especie de depósito hecho en la tierra, que parecía un cráter, y servía antiguamente para recoger la nieve en el invierno y guardarla durante todo el año.
Aprovechando el camino llano |
Tal como íbamos subiendo, la niebla empezó a levantarse y a veces llegaba hasta nosotros, también el viento se iba notando conforme subíamos, la sensación de frío comenzamos a notarla, aunque aguantamos todavía sin taparnos, porque andando aún se podía soportar.
El camino pica para arriba |
Continuamos andando, el camino volvía a tirar para arriba. Ya empezamos a divisar la Cruz aunque a veces la niebla no nos dejaba verla. Parecía que la tocábamos con la mano, pero aún estaba lejos.
Un alto en el camino para dejar un "recuerdo" |
El tramo final, un sendero con mucha piedra suelta se hizo un poco pesado, pero ya estábamos en la cima del monte, después de caminar durante dos horas y tres cuartos El viento soplaba muy fuerte y el frío nos hizo ponernos encima todo lo que llevábamos y más si hubiésemos tenido. Después de hacernos unas fotos en la Cruz , buscamos un lugar a resguardo del viento para poder comernos el bocadillo que llevábamos, tampoco se podía estar allí mucho tiempo.
Cruz del Matagalls, en recuerdo de Mosén Cinto Verdaguer |
Después de almorzar con las fuerzas repuestas, enfilamos la bajada con diligencia , queríamos salir de allí cuanto antes porque el viento se hacía insoportable. Ahora era todo bajada, aunque a veces la bajada se hace más penosa que la subida ya que las rodillas sufren más, y un tropezón puede significar una caida con lo que ello conlleva, o un esguince.
Vista desde Matagalls |
Mientras bajábamos, nos encontramos con mucha gente que subía, aquello parecía las Ramblas. La bajada se nos hizo más amena ya que a cada momento nos cruzábamos con gente que nos saludaban y algunos preguntaban si faltaba mucho para llegar a la cima.
Camino de vuelta |
Al cabo de hora y media , por fín llegamos al Coll Formic en el camino de vuelta, nos esperaba el coche, una buena ducha, un buen " papeo", y a descansar.
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